La historia a menudo se ocupa de conocer a los grandes conquistadores que son recordados por sus hazañas y cambios revolucionarios en el mundo. Tal es el caso de Napoleón Bonaparte, pero a menudo la historia no se ocupa de tomar muy en cuenta a los adversarios de éstas. Arthur Colley Wellesley (antes Wesley), después llamado el duque de Wellington entre otros tantos títulos, fue el más importante adversario de Napoleón Bonaparte. Después de diezmar a las tropas francesas en varias batallas (no sin algunas derrotas), hizo morder el polvo al propio emperador francés en la batalla de Waterloo, la cuál representa uno de esos acontecimientos que cambiaron el rumbo de la humanidad para siempre.
Juventud
Arthur Wesley (apellido posteriormente cambiado a Wellesley en Marzo de 1798) nació en “Mornington House”, la residencia de verano de su familia en Dublín o bien en el castillo de Dangan, cerca de Trim en el Condado de Meath, que era la residencia habitual de la familia. Fue el tercer hijo de Garret Wesley, primer Conde de Mornington. Se dice que nació al rededor del 1° de Mayo.
El adolescente Arthur Wesley (en adelante nos referiremos a él símplemente como Wellington) no tuvo buenos principios: en el prestigioso colegio de Eton mostró un carácter “poco sociable y agresivo”, escasa aplicación en los estudios y mucha a los naipes, por lo que su familia decidió que se dedicara a la carrera de las armas.
En 1786fue enviado a la academia militar de Angers, en Francia, profesión a la que se dedicó casi por completo a partir de los 24 años, ascendiendo rápidamente, hasta el punto de que, en 1794, con 25 años, participó como teniente coronel en la expedición contra la República Francesa en tierras de Bélgica, campaña en la que se distinguió por su prudencia y tenacidad.
En 1787, su padre le compró un mando como alférez en el 73 Regimiento de Infantería, práctica común en aquellos días y en ocasiones necesaria para ocupar ciertos cargos. Wellington asistió a la academia militar de Angers, en Francia, tras haber recibido un primer entrenamiento en Inglaterra. El primer cargo que desempeñó fue como ayuda de campo de dos Lores Tenientes de Irlanda sucesivamente, entre 1787 y 1793.
Posteriormente fue ascendido a Teniente en 1788, y dos años después fue elegido como miembro independiente del Parlamento con funciones de enlace con la Cámara Irlandesa de los Comunes, posición que ocupó hasta 1797.
Subió rápidamente en el escalafón militar, convirtiéndose en Teniente Coronel en el 33 Regimiento de Infantería en 1793. Luego luchó en los Países Bajos entre 1794 y 1795.
Las campañas en la India
En 1796, tras ser ascendido a Coronel, acompañó a su División a la India. El siguiente año, su hermano mayor, Richard Wellesley, segundo conde de Mornington, fue nombrado Gobernador General de la India, y cuando estalló la guerra en 1799 contra el Sultán de Mysore, Tipu Sultan, Wellington comandó su propia división. Durante el desempeño de estas responsabilidades, fue nombrado Gobernador de Seringapatam y Mysore, cargos que ocupó hasta 1805. Luchó en Assaye, Argaum, y atacó la fortaleza de Gawilghur. Tras el exitoso final de la campaña fue nombrado comandante supremo tanto militar como político en el Deccan, cargo en el que derrotó al jefe de bandidos Dhundia Wagh (quien irónicamente había escapado de prisión en Seringapatam durante la última batalla de la guerra de Mysore). También venció a los Marathas en 1803. En 1804 se le hizo caballero de la Orden del Baño (Knight of the Bath), lo cual sería la primera distinción de las muchas que obtuvo durante su vida. Al terminar el mandato de su hermano como Gobernador de la India en 1805, ambos hermanos volvieron juntos a Inglaterra, donde se vieron forzados a defender la costosa política imperialista de las fuerzas británicas en la India.
Las guerras napoleónicas
En 1808 fue puesto al mando del ejército que Gran Bretaña envió a Portugal para combatir a la ocupación francesa de la península Ibérica. En ese mismo año, Wellington regresó a Inglaterra para responder ante un tribunal por haber permitido la retirada de Junot tras derrotarle en los alrededores de Lisboa. Acusación de la cuál fue encontrado inocente y autorizado a continuar la dirección de la Guerra Peninsular o Guerra de Independencia (durante la ocupación francesa por las tropas napoleónicas).
En 1809, tras la victoria de la batalla de Talavera, fue ascendido al status nobiliario con el título de Vizconde de Wellington, de Talavera y de Wellington en el Condado de Somersets. Hasta 1810 no acumuló significativas victorias. Sin embargo, después de contener el avance francés hacia Lisboa en Torres Vedras (1811). Las apabulladas y hambrientas fuerzas francesas de invasión se retiraron tras seis meses, tras lo cual expulsó definitivamente a Francia de Portugal en ese año, luchando en las batallas de Fuentes de Oñoro y La Albuera. En mayo de ese año es ascendido a General por sus servicios en Portugal. Comenzó una ofensiva victoriosa hacia el centro de la Península, contando con el apoyo de la guerrilla autóctona, que debilitaba la posición militar de los franceses: Wellington avanzó sobre ciudad Rodrigo y Badajoz, derrotó a Marmont en la batalla de los Arapiles. En esta época consigue el título de Duque de Wellington. Después, ocupó Madrid (1812), persiguió a José I Bonaparte (hermano de mayor de Napoleón Bonaparte y que había sido nombrado rey de España por éste) hacia el norte hasta infligirle dos nuevas derrotas en Vitoria, (Tomando ventaja de la retirada de gran parte del ejército francés para participar en la desastrosa campaña rusa de Napoleón, acción por la que fue ascendido a Mariscal de Campo) y San Marcial (1813), traspasó los Pirineos y, ya en territorio francés, venció definitivamente a Soult en Toulouse (1814).
Avanzó al mismo tiempo que las tropas alemanas y rusas que juntas, en una de las tantas coaliciones entre naciones que se requirieron para vencer a Napoleón Bonaparte. Este avance culminó en la batalla de Leipzig; y ambos éxitos aliados determinaron la caída de Napoleón y la restauración de los Borbones, tanto en España (Fernando VII) como en Francia (Luis XVIII).
Napoleón fue desterrado a la isla de Elba y posteriormente consigüió fugarse para retomar el poder durante el Imperio de los Cien Días en los que puso a temblar a toda Europa, obligando a las naciones a formar una nueva coalición que trataría de derrotarle de una vez por todas. Dicha coalición estuvo bajo el mando de Wellington y le hizo a frente en la batalla de Waterloo en 1815.
La batalla de Waterloo
El ejército de Wellington era una fuerza multinacional de la cual sólo el 15% eran ingleses. Napoleón sabía que tenía que atacar rápidamente a los ejércitos de la nueva coalición por separado antes de que pudieran reunirse. Por eso decidió dirigir sus tropas hacia el norte, tratando primero de interceptar a las tropas prusianas al mando del Mariscal Von Blücher. Era claro que ninguno de los dos ejércitos por separado sería capaz de valerse con la poderosa Armée du Nord: un ejército rápido, poderoso, con unas tropas experimentadas y con sed de venganza, y dirigidas por el que ha sido uno de los mejores estrategas de la Historia: Napoleón Bonaparte.
Se considera como Batalla de Waterloo todos los combates que van desde los primeros encuentros entre las tropas francesas con los destacamentos prusianos el 15 de junio, hasta la retirada final del ejército francés el día 18. Incluyendo dentro de su contexto los combates librados en el pueblo de Ligny, en Quatre Bras, Wavre y el monte Sain-Jean (que ha venido denominándose también como Waterloo).
La batalla de Waterloo tuvo algunos fallos de parte del liderazgo francés, mientras que la tenecidad de Von Blücher y el genio de Wellington, combinados aún mientras todavía estaban alejados el uno del otro, hicieron de Waterloo la batalla que puso fín a las ambiciones de Napoleón.
La batalla fue bautizada por él. Tras la victoria, al encontrarse éste y el mariscal Blücher en lo que había sido el cuartel general de Napoleón, Blücher sugirió bautizarla con el nombre de dicho campamento, la Belle Alliance, pero el duque insistió en mantener su propia tradición: las batallas debían llevar el nombre donde él había pasado la vigilia, y este lugar era Waterloo.
Su influencia política
Fue elegido representante por Rye en la Cámara de los Comunes, ocupando el cargo durante seis meses en 1806. Un año más tarde fue elegido por Newport, en la Isla de Wight, cargo que ocuparía durante dos años. En este tiempo se definió políticamente como Tory, y en Abril de 1807 (mientras era representante por San Michael), fue investido consejero de la corona. Poco después tuvo que hacer frente a los ejércitos de napoleón.
Después de Waterloo y una vez que Europa estuvo en relativa calma, fue asignado a varias misiones diplomáticas.
Desde esos cargos y el de comandante en jefe del ejército, tuvo una influencia incontestable, tanto más cuanto que la joven reina Victoria le adoraba. La postura política de Wellington fue ultraconservadora, pues consideraba que la Constitución inglesa era perfecta y no necesitaba ninguna reforma (por eso se opuso, por ejemplo, a la reforma electoral de 1832). Fue el último general que gozó de verdadero poder político en el Reino Unido.