Biografía de Oliver Cromwell

Oliver Cromwell

Oliver Cromwell nació el 25 de Abril de 1599 en Huntingdon, Inglaterra. Fue un militar y politico inglés, hijo de una familia de modestos terratenientes de fervor puritano. Así mismo, inició sus estudios en el Sidney Sussex College, de Cambridge, pero no llegó a licenciarse a causa del deceso de su padre, el cual al cabo de un año, le obligó a regresar a su lugar natal para dirigir los negocios familiares. En 1628 ─bajo el reinado de Carlos I─ fue elegido por primera vez miembro del Parlamento, que el rey disolvió un año después. Durante los once años de gobierno absoluto que siguieron (1629-40), vendió sus tierras de Huntingdon y alquiló una granja en los alrededores de St. Ives, hasta que heredó, de un pariente de su esposa, una considerable propiedad en la isla de Ely.

En 1640 fue elegido, por Cambridge, miembro de los Parlamentos Corto y Largo, la convocatoria de los cuales señaló el fin del periodo de dictadura personal. Figuró en varios comités de los Comunes, en los que se mostró, en diversas ocasiones, abiertamente contrario al episcopado y a la arbitrariedad monárquica que decretaba el enorme poder del rey por designio divino.

Oliver Cromwell en el parlamento

Cromwell fue elegido miembro de la Cámara de los Comunes (la cámara baja del Parlamento de Inglaterra) como diputado por Huntingdon en el Parlamento de 1628 – 1629. Dejó poca impresión en el mismo – los registros del parlamento son razonablemente completos, y solo muestran una intervención suya, contra el obispo arminiano Richard Neile, que además fue pobremente recibida.

Carlos I de Inglaterra disolvió el Parlamento en 1629, y gobernó sin el mismo durante los siguientes 11 años. Empujado por la necesidad acuciante de fondos con los que paliar el desastre financiero causado por la represión de la rebelión escocesa conocida como la Guerra de los Obispos, se vio obligado a convocar de nuevo al Parlamento en 1640 para pedirles la legitimación de nuevos impuestos.

Comienza su carrera militar

Al agudizarse el desacuerdo entre el rey y sus oponentes, reunió un escuadrón de caballería compuesto de unos sesenta hombres y participó en el primer choque de importancia de la I guerra civil, que tuvo lugar en Edgehill y cuyo resultado fue poco decisivo.

No obstante, dedujo de la actuación de las tropas parlamentarias la necesidad de crear y adiestrar unas fuerzas de caballería comparables a las del rey. En el curso del siguiente año (1643) se afanó por conseguir tales fuerzas, y ya en el otoño era coronel de un regimiento doble compuesto de 14 escuadrones. Su actuación hizo fracasar la estrategia realista en aquella campaña y resultó vencedor en lus escaramuzas de Grantham y Gainsborough, al tiempo que conseguía batir al enemigo en un encuentro de mayor importancia, en Winceby, después de que el Parlamento hubiera concluido un acuerdo con los escoceses, fue ascendido al grado de teniente general y fue el artífice de la gran victoria de Marston Moor (1644), que consolidó la pérdida del Norte de Inglaterra para la causa realista. Sin embargo, advirtió que aquel triunfo no era suficientemente explotado ni adecuadamente utilizados los recursos del Parlamento, llegó a la conclusión de que era esencial desvincular la actividad bélica del excesivo control político del Parlamento y reorganizar, al mismo tiempo, las fuerzas armadas. Como consecuencia de ello se creó un ejército de nuevo cuño, en el que Oliver Cromwell, si bien no desempeñó el triunfo supremo, se hizo cargo particularmente de la caballería, sector del ejército que desempeñó un papel decisivo en el aplastamiento de los realistas en Naseby (1145), que confirmó la derrota de Carlos I.

A finales de la I Guerra Civil (1646) era el militar más famoso de Inglaterra, y, ya en plena madurez, manifestaba un talento de estratega insospechado.

En los dos años y medio que transcurrieron hasta la abolición de la monarquía y de la Cámara de los Lores, la suerte de Cromwell se vinculó cada vez más a la del ejército. En algunos incidentes que se produjeron durante el conflicto es difícil evaluar la responsabilidad que correspondió a Cromwell. Uno de éstos fue el traslado del rey desde Holmby House a Newmarket, cuartel general del ejército, a principios del verano de 1647. Poco después, Cromwell acompañó al ejército en su avance hacia las afueras de Londres, donde los oficiales superiores presentaron para una solución política del conflicto unas condiciones cuyos puntos decisivos habían sido redactados por Ireton, yerno de Cromwell. En aquel momento parece que éste actuó como moderador, puesto que se pronunciaba en favor de una extensión liomitada de los privilegios reales y se mostraba poco dispuesto por el Consejo General del Ejército. Pero Carlos I consiguió huir y concluyó un compromiso con algunos representantes escoceses, provocando así el estallido de una nueva lucha: la 2a. Guerra civil.

Su actitud providencial

Durante 1648, las cartas y discursos de Cromwell se llenaron de imaginería bíblica, en gran parte meditaciones sobre el significado de pasajes particulares. Por ejemplo, tras la batalla de Preston, el estudio de los Salmos 17 y 105 le llevó a decir al Parlamento que “aquellos que son implacables y no cesan de asolar la tierra serán velozmente destruidos y expulsados de ella”. En una carta a Oliver St. John en setiembre de 1648, le urge a leer Isaías – 8, donde el reino cae y solo los fieles sobreviven. Esta carta sugiere que fue la fe de Oliver, más que un empeño en las políticas radicales, junto con la decisión del Parlamento de entablar negociaciones con el rey en el Tratado de Newport, lo que le llevó a creer que Dios mismo hablaba en contra tanto del Parlamento como del Rey como autoridades legales. Para Cromwell, el ejército era ahora el instrumento elegido por Dios. El episodio es una muestra de su firme carencia en el providencialismo, es decir, la creencia de que Dios mismo estaba interviniendo en los asuntos mundanos a través de las acciones de “personas escogidas” (que Dios había “provisto” para ese fin). Cromwell creía, durante las Guerras Civiles, que él mismo era una de esas personas, e interpretaba las victorias como indicaciones de la aprobación de Dios a sus actos, así como las derrotas eran signos de que Dios deseaba dirigirle en otra dirección.
El regicidio y el Rump Parliament

Antes de que se iniciara la 2a. Guerra Civil, él y sus compañeros de armas, en una célebre reunión que tuvo lugar en Windsor en 1648, se comprometieron a llevar la lucha hasta sus últimas consecuencias e incluso juzgar a Carlos I si llegara el caso. Efectivamente desarrollló con gran rapidez la campaña y terminó victoriosamente la 2a. Guerra Civil. Sin embargo, no estuvo presente en la reunión de oficiales del ejército que solicitó de los Comunes el juicio del rey.

En diciembre de 1648, los miembros del Parlamento que deseaban seguir negociaciones con el rey vieron cortado el paso por un escuadrón de soldados liderado por el coronel Thomas Pride, un episodio que fue pronto conocido como la Purga de Pride. Los miembros restantes de lo que a partir de entonces sería conocido como el Parlamento Rabadilla (Rump Parliament) acordaron que Carlos I debía ser juzgado por traición. Se estableció una corte, y la pena de muerte de Carlos fue finalmente firmada por 59 de sus miembros, incluyendo a Oliver Cromwell. Carlos fue ejecutado el 30 de enero de 1649, siendo la primera vez que un monarca era ejecutado de forma pública en la historia de occidente. Los meses siguientes Cromwell estuvo ocupado en los preparativos para la invasión de Irlanda. Tras la represión de los motines niveladores en Andover (Hampshire) y Burford en mayo, Cromwell partió desde Bristol hacia Irlanda a finales de julio.

La nueva República (Commonwealth) estaba rodeada de enemigos, y en 1649 fue enviado a Irlanda para pacificar algunas zonas. Dirigió dos campañas, en la primera de las cuales tuvieron lugar las matanzas de Drogheda ─ordenada expresamente por él─ y Wexford, donde murieron numerosos civiles. Su intervención en Irlanda terminó a mediados de 1650 y volvió a Inglaterra para ser nombrado capitán general y comandante en jefe, y a finales del verano invadió Escocia, que había reconocido a Carlos II. Debido en parte al error del adversario en la disposición final de su ejército, Cromwell ganó la batalla de Dunbar contra unas fuerzas muy superiores en número; fue, posiblemente, su mayor victoria táctica. El año siguiente (1651) supuso la culminación de la segunda campaña escocesa de Cromwell: vuelto a Inglaterra con su ejército, consiguió refuerzos procedentes de otras partes del país y, finalmente, aplastó a las fuerzas monárquicas escocesas en Worcester.

De 1651 a 1653, al mismo tiempo que mantenía su rango militar, dedicó gran parte de su tiempo a sus tareas como miembro del Rump Parliament y del Consejo de Estado. Sin embargo, no siempre estuvo de acuerdo con la política adoptada por el Consejo, y las ambigüedades y mentiras del Rump Parliament respecto a la fecha de conclusión de sus funciones llegaron a desalentar a Cromwell: en 1641 el Parlamento Largo había aprobado una ley contra su disolución, a menos que contara con su propio consentimiento. Agotada la paciencia, ordenó a sus soldados la expulsión de los miembros que todavía quedaban en el Parlamento y el mismo día fue disuelto el Consejo de Estado. Siguió el Parlamento Barebone, de corta vida (Abril – Diciembre 1653). A partir de ese momento se convirtió en el verdadero gobernante del país y la única base de su poder fue, al principio, el apoyo del ejército. Oliver y los oficiales no permitieron elecciones, sino que nombraron directamente a los miembros de lo que ellos llamaron Parlamento, supuestamente representativo de la totalidad de las Islas Británicas, pero que, al no cumplir lo que de él se esperaba, llevó a la mayoría de sus miembros a delegar sus funciones en el mismo Cromwell. Durante los cinco últimos años de su vida (1653-58) se convirtió en Lord Protector de las Islas Británicas, bajo una supuesta Constitución elaborada por John Lambert, intendente general e instrumento del Gobierno.

Oliver Cromwell actuó, en general, de acuerdo con el espíritu de aquella Constitución y a pesar de que excluyó a algunos miembros del Parlamento, la observó siempre al pie de la letra; así, tal como dictaba la Constitución, disolvió su primer Parlamento exactamente cinco meses después del día que se había reunido en asamblea. Su mandato fue de hecho una dictadura militar, y dividió a Inglaterra. y Escocia en distritos militares. El Parlamento le ofreció la corona, que se negó a aceptar. No obstante, admitió nombrar a su sucesor y proveer al Parlamento de una Cámara Alta. A su muerte (3 septiembre 1658) el país estaba más cercano a una forma monárquica constitucional de lo que podía imaginarse cuando Carlos I fue ejecutado.

Se le temió y respetó en las principales capitales de Europa y, durante su mandato, Inglaterra -a diferencia de lo que sucedía en la primera mitad del s. XVII­ nuevamente se convirtió en un factor político que debía ser tomado en consideración. Uno de sus primeros actos como Lord Protector consistió en expresar su deseo de poner término a la guerra con los Países Bajos, de la que nunca se había mostrado partidario. El Tratado de Westminster (1654) no supuso concesión alguna, y las condiciones de paz que obtuvo eran considerablemente ventajosas para los ingleses. Respecto a España, Cromwell demostró gran animadversión e incluso antes de declararle la guerra autorizó una expedición contra las colonias españolas de las Indias Occidentales. A la muerte de Oliver Cromwell, en 1658, la guerra con España proseguía todavía, con enormes dispendios y alguna victoria naval, como la de Santa Cruz (1657). La guerra implicó también la alianza con una potencia católica, Francia, la participación del ejército en la batalla de las Dunas (1658) y la adquisición de Dunkerque.

Fuente.